Beatrice Golomb y sus colegas médicos de la Universidad de San Diego, en EE. UU., acaban de comprobar que los consumidores habituales de chocolate tienen un índice de masa corporal más bajo que los no tan aficionados al cacao, incluso cuando apenas hacen ejercicio.
Además, si lo tomamos a primera hora de
la mañana, puede ayudarnos a perder hasta siete kilos más en un plazo de 32
semanas, como han demostrado investigadores de la Universidad de Tel Aviv, en
Israel. La clave es que de esta manera se evitan otros antojos. Por otro lado,
el metabolismo se mantiene más activo (y, por lo tanto, consume más calorías)
desde el mismo comienzo de la jornada matutina.
En un experimento llevado a cabo a lo largo de varias semanas con casi doscientos sujetos obesos adultos, hombres y mujeres, que debían someterse a dieta, los autores del estudio comprobaron que los que incorporaban galletas o chocolate a su primera comida del día adelgazaban más y mantenían por más tiempo la pérdida de peso. En concreto, mientras la mitad del grupo ingería una dieta baja en carbohidratos con un desayuno de solo 300 calorías, la otra mitad de los participantes desayunaba un total de 600 calorías, con alimentos ricos en proteínas y carbohidratos, incluyendo un trozo de pastel de chocolate. Aunque al principio todos perdían el mismo peso, a la larga (en 32 semanas) el segundo grupo perdió una media de 18 kilos más.
Un estudio de la Universidad de Tel Aviv ha demostrado que tomar dulces, incluído chocolate, como parte de un desayuno equilibrado de 600 calorías en el que también se incorporen proteínas y carbohidratos puede ayudar a perder peso. La clave, dicen los investigadores, es ser “indulgentes” por la mañana, cuando el metabolismo corporal es más activo y somos capaces de quemar las calorías "extra" a lo largo del día. Si evitamos del todo los dulces se puede crear una adicción psicológica a largo plazo. Pero añadiendo postres al desayuno evitamos los antojos el resto del día, concluyen los científicos en la revista Steroids.
El desayuno es la comida que más eficientemente controla los niveles de grelina, la hormona responsable del hambre voraz, explica Daniela Jakubowicz, coautora del trabajo. Aunque habitualmente los dietistas aconsejan abandonar el consumo de dulces para perder peso, los investigadores israelíes señalan que eso no es necesario en el desayuno. Suprimirlos por completo aumenta incluso los deseos de ingerir esos alimentos.
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